miércoles, 26 de abril de 2017

El empleo oculto y la red de contactos

En la entrada Las ofertas de empleo ocultas hablamos de un informe de Adecco que ponía de manifiesto la importancia de las ofertas de empleo ocultas, es decir, las que no llegan a publicarse en los medios. Se estima que suponen hasta el 80% de la oferta existente.

El domingo 23 de abril de 2017, este mismo tema fue objeto en las páginas salmón de El Mundo de un artículo titulado ¿Encontrar empleo sólo con contactos?. En él, diversos expertos confirmaban la importancia real de este hecho y cómo resultaba en general muy importante desarrollar la red de contactos "físicos" tanto o más que los "digitales" (en las redes sociales).

La aportación que nos pareció más interesante fue la de Silvia Leal, experta en transformación digital de la que ya hablamos en la entrada Recursos para adaptarse a la transformación digital, sin edad. Silvia planteaba estrategias de tiempo y dedicación a la creación de estas redes de contactos según fueras un profesional de 22, de 40 o de 50 años. Por lo que se ve, por encima de 50 y hasta los 65 ya no existen profesionales. O seguimos siendo invisibles.

El artículo se completaba con dos recuadros con algunas consideraciones y consejos que por su interés reproducimos a continuación.

POR QUÉ NO SE PUBLICAN LAS OFERTAS
Fuente: El Mundo

'NETWORKING' QUE NUNCA DECAE
Fuente: El Mundo

miércoles, 5 de abril de 2017

Vivencias de un desempleado sénior: La adaptación al cambio

Nuestro compañero Carlos ha escrito un nuevo artículo con reflexiones personales que nos han encantado a todos los integrantes del Club. Estamos seguros que también a usted le encantarán. Para comprobarlo, siga leyendo....


A veces me entretengo recordando etapas de mi vida. Me relaja hacerlo. Lo recomiendo siempre. Seguro que tenemos tantas cosas placenteras que recordar y algún que otro pecado que ya nos hemos perdonado o que precisamos recordarlos para llegar a perdonárnoslo.

Hace unos días, de esta guisa, recordé la primera entrevista de trabajo de mi vida. Era en unas oficinas de la calle Malcampo de Madrid. Me entrevistó el director general de la empresa y me preguntó, por aquel entonces, si sabía lo que era un  DIN A4. Le contesté que una especie de folio, había oído que era algo así en una clase de mi primer curso de la facultad, y me hicieron el contrato. Cómo ha cambiado todo, los folios ya no se usan porque se usa el DIN A4 y un director general no recibe a un joven candidato ni loco.

Luego quise cambiar de empresa y tuve que hacer una prueba de selección que consistía en un dictado que yo escribiría con una Olivetti Lexicon 80, sobre dos folios separados por papel carbón.

A colación de esto recordé que, enseguida que cambié a esta nueva empresa, me compré un ZX SPECTRUM. Aprendí a programarlo en aquel lenguaje Basic de teclas de goma y cuando, por dominarlo, empecé a cansarme de él, me aprendí el lenguaje máquina del procesador Z80 para sacarle algún rendimiento gráfico más. Por aquel entonces, en la facultad, escribíamos programas en FORTRAN IV. Pocos de aquellos programas podíamos probarlos en el único ordenador que teníamos en la facultad pero el profesor se los debía de leer porque nos evaluaba por ellos.


En la empresa seguíamos trabajando con nuestras máquinas de escribir, algunas ya eran eléctricas, un archivador era un armario lleno de carpetas y con una determinada clasificación; y un fichero era una serie de cajones con rectángulos de cartulina clasificados por un orden y rellenos con escritura manual o a máquina.

Según conseguía abrirme camino hacia mis gustos personales profesionales me acercaba más a tareas técnicas. Mi primera relación con el Mainframe de mi empresa, un enorme ordenador que ocupaba varias salas del centro de cálculo, fue a través de una perforadora y de una lectora de fichas. Programé en lenguaje ensamblador primero, en COBOL y en PL/I después, contra bases de datos jerárquicas. Luego trabajamos con los terminales 3270 de IBM, absolutamente tontos y con aquel monitor de fósforo verde. El primer correo electrónico que utilicé corría en CICS, y era de uso obligatorio, internamente, para todos los empleados de la empresa pero no servía para comunicarme con proveedores o clientes de otras empresas. En un momento y casi sin quererlo, llegó el PC con aquel sistema operativo MS DOS, los disquettes de 5¼, luego de 3½ ¿Quién se acuerda ya del primer Windows? Apareció justo cuando nos empezábamos a sentir cómodos con el MS DOS. Luego nuevas versiones cada dos por tres. El Word, el PowerPoint para sustituir la proyección de transparencias, las bases de datos relacionales, DB2, ORACLE, ADABAS,…, ACCESS en el PC. Por fin un correo electrónico más universal, adiós al télex, adiós a los telegramas, a los sellos postales,… Tantos adioses.

Tantos, que siendo yo el director de Informática y Operaciones de un pequeño banco de negocios dijimos adiós al siglo XX y a la peseta; y recibimos con gran éxito al siglo XXI y al Euro. A continuación nos tuvimos que internetizar, y aprendimos a manejar páginas web (no de papel) y algunos tuvimos que aprender a crearlas, diseñarlas y programarlas. Además hay que saber de SEO, de buscadores y de redes.


Todas estas cosas nos las llevábamos de viaje, tan contentos, en un PC portátil. Ahora lo podemos hacer en una tableta o con un smartphone. Además los programas, los archivos y los ficheros (aquellos armarios y aquellos cajones de antaño) ahora están en la nube. Sólo tengo que saber si lo tengo en Dropbox, en Drive o lo guardé en Evernote. Puedo autorizar a cualquiera de mis colaboradores a consultar los documentos y a mejorarlos, si pueden. Recibo WhatsApps, interactúo con mis colegas a través de Linkedin o Twitter, con mi familia y amigos lo hago por Facebook a veces, porque como más disfruto es mirándoles a los ojos. En fin, una vida de cambios vertiginosos, de pasos gigantescos que hemos dado todos y sólo he hablado de temas profesionales. Esto llevado a nuestra vida personal es aún más espectacular.

Hace unos días leía un artículo que me habían recomendado a través de Linkedin sobre selección de personas mayores, más o menos venían a decir que, a pesar de la experiencia que las personas mayores podemos aportar a cualquier proyecto, se temen que presentemos resistencia e incluso frustración por los cambios que se avecinan, aquellos que nos puedan llegar. Decía que no fallar en esta competencia es clave para la mayor parte de las empresas hoy en día y que, por lo tanto, se sienten más seguros contratando personas más jóvenes. Cuánto me gustaría que estos reclutadores de personas pudieran leer el inventario de cambios que las personas de mi generación y aledañas, de las que me siento prototipo, hemos promovido, amparado y asumido a lo largo de nuestra vida.

Lo más impresionante de todo es que no es ni siquiera necesario ver este inventario de vivencias, basta vernos a muchos de nosotros cómo, forzados por las circunstancias de cada cual, seguimos evolucionando, reinventándonos y adaptándonos a las nuevas circunstancias del mercado laboral con el objetivo de no finalizar nuestra vida laboral, de no llegar a nuestra edad de jubilación desde una situación de desempleo sino desde una situación de empleado, que es lo que merecemos y por lo que hemos trabajado tanto.

martes, 4 de abril de 2017

La innovación y el sénior

En 2006, la empresa Altran publicó un librito titulado Sistematizando la creatividad. En él se recogían un gran número de ideas surgidas en una sesión cuyo objetivo era fomentar la creatividad como motor de la innovación en la empresa. Al leer el libro, sorprende ver cuántas propuestas se hicieron en sólo un par horas. La gran mayoría siguen siendo aplicables y válidas en 2017.

Hay una de especial interés para nosotros titulada Valorar "las canas" que venía precedida por una frase atribuida a Leonardo Da Vinci: "La sabiduría es hija de la experiencia". El texto de la propuesta lo reproducimos íntegro a continuación:

Cuando se habla de innovación hay una cierta tendencia a relacionar la creatividad y la frescura de ideas con la juventud. Esto sólo es así si atendemos a la definición que hace el refrán del anciano: "viejo no es el que arrastra sus pies, sino el que arrastra sus ideas". Pero en muchas ocasiones no existe ninguna relación entre los años de experiencia y la capacidad de aportar ideas novedosas, se trata más de una cuestión de talante que de juventud, por ello no tiene sentido desdeñar la experiencia a la hora de recopilar ideas innovadoras. Por ello, secundamos totalmente la idea de no menospreciar la experiencia y el conocimiento ya existente en las organizaciones a la hora de innovar, muy al contrario puede suponer un excelente punto de partida.

domingo, 2 de abril de 2017

Sobre los desempleados mayores de 55 años en EL ESPAÑOL y EL MUNDO

El periódico digital EL ESPAÑOL dedicó el 2 de abril un artículo al desempleo en mayores de 55 años con el titulo Más del 21% de los desempleados es mayor de 55 años.

El día 3 fue EL MUNDO quién publicó un artículo sobre el mismo tema titulado El número de parados mayores de 55 años se dispara un 322% desde el año 2007.

Ambos artículos, basados en un informe de UGT, no aportan nada que no supiéramos, pero siempre es preferible que se acuerden de nosotros, en vez de que nos ignoren. La mayoría de los datos y conceptos incluidos están sacados de la última EPA de 2016.


Un excelente análisis de esta EPA lo encontrará en el documento elaborado por Andrés del Toro (Asociación Observatorio del Trabajo Senior 45+), Informe sobre la situación del desempleo de los Senior en España “Los invisibles”
En el libro El Talento Invisible, de la asociación plus40net se incluyen también muchos datos e información complementaria relacionada.